¿Puede la Mente Sanar el Parkinson?
La medicina moderna ha cambiado el curso de la historia humana. Los avances en la prevención y tratamiento de la enfermedad, han permitido que vivamos juntos vidas, más saludables. Nuestro conocimiento ampliado del cuerpo humano ha proporcionado orden al caos. Actualmente, tenemos un mayor control de nuestro destino que cualquier otro momento en la historia.
Sin embargo, para todos los avances de la ciencia y la medicina muchas preguntas aun permanecen sin respuesta. La fortaleza de la metodología occidental actual es su dependencia de las pruebas reunidas a través del estudio y/o experimentación. Esta fuerza también puede ser vista como una debilidad, porque cualquier cosa vista como no "corriente principal" es ignorado o ridiculizado hasta el punto de la irrelevancia.
Una consecuencia de esta filosofía es la antigua creencia de que la mente y el cuerpo son dos sistemas diferentes que no tienen ninguna influencia una sobre la otra. Hace apenas unos años la idea de que sus pensamientos positivos o negativos pueden afectar su cuerpo se habría considerado como pseudo-ciencia. Ahora, gracias en parte al proceso que he descrito anteriormente, estamos empezando a entender que estos sistemas están conectados íntimamente.
Michelle fue diagnosticada con la enfermedad de Parkinson en 2011. Ella comenzó a tomar la medicación poco después, pero no vio un cambio en sus síntomas. Michelle empezó a venir a mis talleres en noviembre de 2012 y su estado comenzó a cambiar para mejor.
Michelle tenía otros factores de estrés en su vida, que exacerban su condición. Su madre se enfermó y su hermana sufrió un derrame cerebral. Esto significaba que Michelle pasó los próximos meses viajando. Empezamos a hacer escáneres cerebrales en nuestros talleres para ver el impacto del trabajo. El trabajo implica el uso de la meditación para ayudar neurológicamente y químicamente a cambiar el cerebro para producir diferentes resultados. Usted puede leer una descripción más completa del proceso haciendo clic aquí.
Los escáneres revelaron algunos resultados interesantes. Se examino a Michelle al inicio de uno de nuestros talleres avanzados. Vimos altos niveles de hiperactividad e incoherencia. Probamos a Michelle de nuevo unos días más tarde, cerca del final del taller. Su cerebro se había vuelto más tranquilo, equilibrado y coherente. Quizás lo más importante que estaba experimentando, fue que no hay temblores involuntarios, contracciones nerviosas o problemas de motor que normalmente están asociados con el Parkinson.
Michelle fue capaz de hacer un cambio positivo en su vida por tener en cuenta la conexión mente y cuerpo. Su escaneo cerebral y de los demás muestran que es posible curarnos a nosotros mismos por el pensamiento solo. Pueden hacerlo pero requiere pisar fuera de lo familiar, fuera de la corriente principal - o todo lo conocido - y en lo desconocido.
Dr. Joe Dispenza - Can the Mind Heal Parkinson’s?