Hay Hombres Que Llegan a Tu Vida para Sanar las Heridas

La vida nos brinda numerosas oportunidades para nuestro crecimiento y desarrollo personal, y en ocasiones, estas oportunidades se presentan a través de las relaciones interpersonales. A menudo, cuando nos encontramos emocionalmente heridos, tendemos a buscar refugio en relaciones que pueden no ser saludables e incluso llegar a ser perjudiciales. Sin embargo, también existen hombres que irrumpen en nuestras vidas con la misión de reparar nuestros corazones y asistirnos en la sanación de las heridas del pasado.

Estos hombres son aquellos que nos aceptan tal y como somos, con todas nuestras cicatrices y fragilidades, y aún así nos ofrecen su amor de manera incondicional. Son los que nos brindan su apoyo y aliento para que podamos sanar y evolucionar. Nos muestran cómo volver a amar y confiar en otro ser humano después de haber sufrido desengaños y decepciones.

Es fundamental reconocer el valor y la importancia de estos hombres en nuestras vidas, y expresarles nuestra gratitud. Aunque puede resultar desafiante abrir nuestro corazón nuevamente después de haber sufrido heridas emocionales, estos hombres nos brindan el apoyo necesario para sanar y fortalecernos.

No obstante, es crucial recordar que no todas las relaciones son benéficas, y debemos confiar en nuestros instintos para alejarnos de aquellas que nos causan daño. Cuando encontramos a alguien que verdaderamente contribuye a nuestro bienestar y crecimiento, debemos recibirlo con los brazos abiertos y valorar la oportunidad de amar y ser amados una vez más.

A continuación, deseo compartir con ustedes un conmovedor texto redactado por Lorena Bassani, que aborda la valentía, compasión y amor de ciertos hombres, y cómo su influencia en nuestras vidas puede generar un impacto significativo.

Hay hombres que vienen a sanar…

Y entonces, hacen su diagnóstico precoz. Te miran y te detectan. Desembarcan en tu pequeño mundo como Colón en América. Pero no te conquistan. Ni te saquean. Ni te engañan.

Ellos sólo traen amor en frasquitos. Y hacen lo que tienen que hacer por ti. Por tu Alma. Por tu dolor. Por las ganas que tenías de encontrarte algo distinto en la vida. Hay hombres que saben. Aún sin saber. Aún sin sospechar. Aún sin ser completamente conscientes de la importancia que tienen. Saben con otra sabiduría. Sonríen con otras sonrisas.

Dicen con otras palabras. Hacen magia. Hay hombres así. Te lo juro. Los he visto. Los conozco. Los miro actuar. De lejos o de cerca. Los admiro. A veces, me dejo emocionar con ellos. Porque ellos tienen arte en las manos. Ellos te abren por el medio. Y tu no desconfías ni un segundo. Porque ellos son amigos. Pero no son amigos comunes. Son amigos raros. Son amigos de otros lados. Son compañeros de estrella.

Llegan. Hacen. Dicen. Miran. Ven. No siempre vas a gustarles. No siempre te van a amar como quieres que te amen. No siempre vas a amarlos como quieren que los ames. Es otra cosa. Otra cosa. Van a llegar para cumplir con el destino.

Van a llegar para mejorarte la vida un rato. Para devolverte un favor de algún tiempo. Para firmar un pacto. Porque ellos son otra cosa. Más profunda. Más extraña. Más capaz de quedarse dentro tuyo. Porque estos hombres vivirán en esos lugares donde tu no permites entrar a nadie.

Porque tú te quedarás dentro de ellos como una chica que se queda mirando el mar en la playa de noche. Hay hombres que llegan para reparar a las mujeres que reparan. Porque nacieron para eso. Para curar a las que curan.

Para sanar a las que sanan. Porque somos compañeros. Amados. Amantes. Amorosos. Y cuando dos compañeros así de bonitos se chocan, se juntan, se entrelazan, se aman a su manera, el universo festeja.

El universo agradece y tú también.

Aunque en ocasiones pueda resultar difícil de percibir, existen hombres en nuestras vidas que llegan con la intención de sanar las heridas que el patriarcado y la sociedad han infligido. A través de su amor y apoyo incondicional, nos brindan la fortaleza necesaria para superar obstáculos. Es fundamental reconocer y expresar gratitud hacia estos hombres que han marcado positivamente nuestra existencia.

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